Los retos a los que se enfrenta la industria farmacéutica son unos plazos de comercialización cortos y una productividad elevada, al tiempo que se cumplen las especificaciones y las normas de calidad, así como unos costes de producción razonables. En particular, la producción de medicamentos estériles está sujeta a requisitos especiales para minimizar los riesgos de contaminación microbiana y por partículas.
Existen estrictas directrices de la FDA y las GMP para limitar la exposición a dicha contaminación, evitando así daños graves o riesgos para la salud de los pacientes.
La esterilización por calor seco y la despirogenación se aplican para garantizar la esterilidad de los preparados farmacéuticos asépticos, tal como exige la normativa 21 CFR-211.94 de la FDA y el anexo 1 de las directrices GMP de la UE.
Envasado estéril. Una fase de producción crítica con una demanda creciente.
En el caso de los preparados asépticos, como viales, ampollas, cartuchos o jeringas precargadas, no es posible la esterilización terminal del envase final. Por lo tanto, el material de vidrio debe estar libre de contaminantes nocivos que puedan afectar al medicamento, antes del llenado. Dependiendo del proceso, se aplica la esterilización por calor seco o la despirogenación.
La esterilización suele aplicarse a una temperatura de 160-180 °C, para dejar el producto libre de microorganismos vivos. La despirogenación tiene por objeto eliminar o inactivar las endotoxinas, para lo que se requieren temperaturas más elevadas en la gama de 200-350 °C, y se lleva a cabo en hornos estáticos o en túneles para procesos automatizados y continuos.
Debido a la creciente demanda de envases estériles libres de pirógenos y de procesos rápidos, seguros y eficaces, la despirogenación en caliente es actualmente uno de los pasos más críticos en el proceso de fabricación de medicamentos estériles.