Las principales organizaciones mundiales relacionadas con la sanidad consideran que las fracciones de polvo fino PM10, PM2,5 y PM1 son las más importantes y peligrosas para el ser humano. En su documentación oficial de carácter público, siempre se hace referencia a estos niveles de PM. Por tanto, resulta lógico que las clasificaciones y los métodos de ensayo de filtros sigan este enfoque para demostrar el rendimiento de filtración con respecto a los polvos finos más perjudiciales.
Cuanto más ligera y pequeña sea una partícula, más tiempo permanecerá en el aire. A pesar de que las partículas por debajo de 1 micra tan solo contribuyen a un bajo porcentaje de la masa, representan más del 90 % de las cifras.